Fenómeno de La Niña alista su llegada y los sectores productivos se preparan para enfrentar los efectos
Mientras el agro está atento a las heladas y menores lluvias, al igual que el sector sanitario, forestales y mineras advierten impactos distintos según la zona geográfica del país.
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Su arribo ha demorado más de lo estimado, pero se acerca. Se trata del fenómeno de La Niña que consiste en un enfriamiento en el Pacífico Central Ecuatorial que implica cambios a nivel mundial y también en Chile.
A nivel local, la tendencia es asociarla a menos precipitaciones y más frío en la zona centro y centro-sur del país, pero sus efectos concretos varían dependiendo del lugar y momento donde se presente.
Si bien el aterrizaje del fenómeno se esperaba hace meses, se fue retrasando, y no hay certeza absoluta de cuándo comenzaría a desarrollarse en el país. Sin embargo, recientemente la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos dio nuevas pistas al señalar que la probabilidad de que La Niña llegue entre agosto y septiembre es de 70%, por lo que el aterrizaje es inminente.
Desde la Dirección Meteorológica de Chile, la meteoróloga de la Oficina de Servicios Climáticos, Catalina Medina, comenta que se espera que en teoría en la zona centro y centro-sur llueva mucho menos, aunque eso no significa una ausencia de precipitaciones. Por ejemplo, dice, en las costas de la zona norte del país se espera más frío, pero es por el enfriamiento que se presenta justo en el Pacífico Ecuatorial, donde eso trae agua más fría. Mientras, añade, “con La Niña hace que se desplace la Alta de Bolivia más al sur y precipite más en el altiplano”
A nivel general, Medina explica que en el Pacífico ecuatorial se producen cambios atmosféricos como patrones de nubosidad importantes. Al tener La Niña, este patrón atmosférico de nubosidad relevante se desplaza más hacia la parte de Australia y genera mayor tipo de precipitación.
“Es decir, es un efecto contrario a lo que tenemos nosotros”, indica, agregando que con El Niño “tendemos a esperar que vaya a haber más precipitación de lo normal para nuestro país y para Australia es un efecto contrario”.
Una preocupación clave es el efecto que tendrá el déficit de precipitaciones en la megasequía, ciclo que se extendió por 14 años consecutivos hasta 2022, cuando el fenómeno de El Niño impulsó una fase de mayores precipitaciones que partió en 2023 y se extendió durante el otoño y lo que va de invierno del presente ejercicio, favoreciendo la acumulación de agua y nieve en 2024.
Consultada por el efecto de La Niña en un eventual agravamiento del ciclo de megasequía en los años que vienen, Medina es cauta: “Eso no podría afirmarlo, porque son años de estudio. Hay que esperar que termine este año para poder decir si se suma, o no, a uno de los años secos. Es muy apresurado decir si efectivamente con esto que se viene de La Niña va a ser extremadamente más seco de lo normal”.
¿Qué efectos tendrá en los sectores productivos? Si bien hay rubros claramente más expuestos a La Niña -como es el caso de la agricultura- otro importante conjunto de industrias está monitoreando este inminente fenómeno y se prepara ante sus eventuales impactos.
Acumulación de nieve y mayor nivel de embalses permiten mitigar efectos del fenómeno
Desde el Coordinador Eléctrico señalan que sus estudios ya consideran escenarios de bajas precipitaciones como las que podrían ocurrir con La Niña y que los informes realizados a la fecha permiten concluir que, en las condiciones extremas simuladas, “no vemos riesgo de abastecimiento en el sistema eléctrico nacional”.
En el contexto de los pronósticos de deshielo, para el período octubre 2024-marzo 2025, el 24 de julio se publicó el primero de tres informes de la “ruta de nieve”, que es una primera aproximación del nivel acumulado y su calidad. “Esta campaña muestra que estamos en torno a una condición media en la cuenca del Maule y en el rango ‘normal-seco’ en la del Laja, es decir, son buenas noticias desde el punto de vista de los recursos hidráulicos disponibles para la próxima temporada de deshielos, ya que no estamos partiendo con baja acumulación de nieve, como ocurrió en años anteriores”, destacan desde el organismo. Asimismo, dado que entre mayo y junio hubo lluvias importantes, los embalses -precisan- “muestran un nivel mayor al del año anterior, con cerca de 30% más de energía embalsada”.
El director ejecutivo de Transmisoras de Chile, Javier Tapia, indicó que, en el caso particular de los próximos meses, La Niña supondría un escenario más seco y, por consiguiente, una mejor disponibilidad de generación hidroeléctrica en la zona sur, lo que habría que reemplazar desde otras fuentes, por ejemplo, con energía fotovoltaica desde la zona norte.
"Eso, a su vez, supondría que esos sistemas de transmisión asociados podrían estar en los próximos meses a plena capacidad, estresando sus condiciones y complejizando la ejecución de mantenimientos y otras operaciones programadas, que se realizan de forma permanente para mantener la seguridad y la calidad del suministro eléctrico. Junto con ello, pueden generarse también efectos sistémicos, como un mayor desacople de precios entre las zonas norte y sur”, explicó.
Y añadió: “Sumado a lo anterior, las condiciones más secas y temperaturas más alta llegado el verano, son un riesgo permanente para la zona centro-sur por la generación de incendios forestales, con todas las problemáticas que ello significa no sólo para la infraestructura eléctrica. Y más allá de La Niña, otro fenómeno de preocupación es el eventual recrudecimiento del invierno altiplánico y sus estragos en la zona norte”.
Desde Enel Chile afirman que, considerando la presencia del El Niño con intensas precipitaciones y nieve caída durante 2023 y lo que va de 2024, “el impacto de la llegada de La Niña será mitigado por la buena hidrología acumulada en el periodo antes mencionado”.
Escenario en centros de ski
En los centros de ski hay tranquilidad para este año. “Por las nevadas, proyectamos la temporada hasta fines de septiembre, por lo que no vemos en este fenómeno algo a considerar”, afirmó la gerenta comercial de La Parva, Camila Margozzini. El gerente general de Valle Nevado, Ricardo Margulis, explicó que “una baja en las temperaturas permite conservar de mejor manera la excelente cantidad de nieve que tenemos”, factor que también favorece las condiciones para fabricar nieve.
En esa línea, el gerente general de Andacor, José Ignacio Morales, indicó que están atentos a los efectos en las precipitaciones y “nos estamos preparando fabricando nieve cada vez que se dan las condiciones climáticas necesarias”. Para el gerente general de Corralco, James Ackerson, es clave ver cómo la isoterma se comporta en relación al aumento de precipitaciones, dado que “podría significar mayor cantidad de nieve”.
Forestales: estrés hídrico, más plagas y patógenos
Aunque las empresas silvícolas han convivido con La Niña desde hace 250 años, “sus efectos hoy son mayores por el proceso de desertificación, el aumento de las temperaturas del planeta y el cambio climático”, advirtió la gerenta general de Corma, Victoria Saud, quien detalló que “la sequía prolongada genera estrés hídrico y una alta vulnerabilidad al ataque de plagas y patógenos, que afectan seriamente la producción maderera, reduciendo en algunos casos hasta un 20% el rendimiento de una plantación forestal”. Además, la proliferación de plagas pueden causar daños extensivos en un corto periodo de tiempo, afectando la salud general de los ecosistemas forestales.
Desde la perspectiva de los incendios,“en años bajo el dominio de La Niña hemos tenido temporadas con baja afectación y daño, y otras como la 2016-2017 o la 2022-2023, que juntas suman cerca de 1 millón de hectáreas quemadas”, explicó Saud, debido a la incidencia de otros factores como las olas de calor, la alta velocidad del viento o la baja humedad relativa.
La empresa Arauco -que en Chile tiene presencia desde el Maule a Los Ríos, en zonas costeras, en el valle central y en la precordillera-, indicó que “nuestros modelos predictivos también indican que el fenómeno impacta con distintos grados de intensidad en cada una”. Y ejemplificó que “en zonas precordilleranas o en la selva valdiviana, es posible esperar que el fenómeno no impacte con la fuerza que lo haría, por ejemplo, en el valle central, donde hay condiciones climáticas más secas”.
Para afrontarlo, Arauco apuesta por “investigación científica, modelos predictivos y mejoramiento genético para aumentar la productividad y adaptabilidad climática”, lo que ha permitido que sus árboles “sean más tolerantes al stress hídrico y a las bajas temperaturas, lo que ha aumentado de forma relevante nuestra productividad y resiliencia climática en el largo plazo”.
Las consecuencias positivas que ven los sectores salmonero y frutícola
No todos los sectores del país tienen una mirada negativa ante el arribo de este fenómeno climático. El gerente general del Instituto Tecnológico del Salmón -ligado al gremio Salmón Chile-, Esteban Ramírez, recalcó que en lo global, es muy difícil establecer efectos locales por un solo factor, recalcando que La Niña se asocia, por ejemplo, a que las corrientes cálidas se alejen de la costa, “lo que podría ser positivo en cuanto a que son masas de agua con menor nivel de oxígeno”.
Mientras tanto, el jefe del Departamento de Estudios de la Sociedad Nacional de Agricultura, Francisco Gana, recalcó que este fenómeno tiene una arista rescatable: la llegada de La Niña trae mayores y suficientes horas de frío. “Esto es fundamental para muchos frutales (como el manzano, peral, nogal y castaño), ya que permiten la dormancia, inducen la formación de flores en las yemas y generan frutos de mejor calidad. La falta de horas de frío adecuadas puede llevar a una reducción en la producción de frutos, lo cual esperamos que no ocurra en esta temporada”.
Mineras ven riesgo en lluvias estivales en el norte y sequía en zona central
Dispar es el impacto en la minería. Para el director ejecutivo de Núcleo Minero, Álvaro Merino, la experiencia de años anteriores indica que se producen mayores lluvias estivales -el “invierno boliviano”- de lo habitual en el norte, afectando así a Collahuasi y Quebrada Blanca (Tarapacá) y Escondida, El Abra, Chuquicamata, Radomiro Tomic y otras mineras en la Región de Antofagasta. Hacia la zona central -donde están Los Bronces de Anglo American, Andina y El Teniente de Codelco- se produce lo contrario: menores precipitaciones, pero el efecto está moderado debido a que los últimos inviernos ha llovido, estimó. Además,”Los Pelambres ahora logra parte de su suministro de agua con una nueva desaladora, lo que le quita presión”, detalló.
Cristián Argandoña, gerente general de Minera Las Cenizas, advierte que en el norte puede haber riesgo de aluviones dependiendo del “invierno boliviano”, en tanto que el fenómeno les afecta en la zona central por la vía de menores lluvias, en áreas como Cabildo y La Ligua que llevan décadas con sequía.
Pero empresas como Codelco han comentado que la sequedad de la zona central también contribuye a una mayor continuidad operacional, dado que en 2023, El Teniente tuvo problemas en el acceso a la faena por las intensas precipitaciones.
Agricultores en alerta frente a incremento de las heladas y sanitarias refuerzan sistemas ante menores precipitaciones
A pesar de que el gremio agrícola y sanitario ven con más calma la llegada de La Niña gracias a las lluvias de este año, ambas industrias están en alerta a este fenómeno. El gerente general de Frutas de Chile, Miguel Canala-Echeverría, explicó que para este periodo no están tan preocupados con la disminución de las precipitaciones. Eso sí, recalcó que están mirando con más atención las heladas, fenómeno que deteriora y quema las frutas. Para ello, están preparándose con el uso de techos y sistemas de control de heladas como hélices y riego.
Desde la industria vitivinícola, el viticultor de la Viña Santa Cruz, Andrés Campos, recalcó que a corto plazo no podrán ver los efectos de La Niña debido a que están en periodo de receso, pero mirando a futuro, detalló que es posible que se vea un adelanto en los brotes de la vid y afectaciones a la capacidad productiva de las plantas. Mientras, en Viña Undurraga recalcaron que La Niña trae arranque de plantaciones. Para enfrentar este fenómeno, las viñas han trabajado en la construcción de tranques, pozos, en el inicio temprano de los riesgos, y además llevan algunos años movilizando sus campos más al sur.
Por su parte, si bien las sanitarias no se declaran mayormente afectadas con las heladas, sin embargo están en alerta ante la anunciada baja en las precipitaciones. Según la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios, el desafío es garantizar la seguridad de abastecimiento a la población. “Entre 2020 y 2040 se destinarán inversiones por US$ 2.378 millones para obras destinadas, principalmente, a aumentar la oferta de fuentes, incrementar la capacidad de almacenamiento de agua cruda o potable y eliminar sustancias indeseables”.
En concreto, Essbio se ha enfocado en robustecer sus sistemas con la construcción de estanques, sistemas de filtros y refuerzos en plantas de agua potable, entre otras medidas. Por su parte, Esval recalcó que la gestión hídrica requiere una planificación de largo plazo, por eso un equipo de la compañía trabaja constantemente para reforzar los sistemas.